En nuestras instalaciones llevamos a cabo un procesamiento clásico, para que las materias primas lleguen con la máxima calidad al envasado y nuestro pienso sean siempre el más natural.
Comenzamos con la molturación, que es el primer procesamiento que sufren las materias primas en la elaboración del pienso.
Con el molino se pretende conseguir la granulometría adecuada de las partículas en tamaño y forma según la presentación del pienso: harina o gránulo.
Existen materias primas (fosfato, carbonato, etc.) que por su presentación y por evitar un dispendio energético no es deseable que pasen por el molino. Para ello se instala una criba by-pass.
Para modificar a voluntad la granulometría de cada materia prima, es recomendable el sistema de premolienda, frente al de premezcla ya que usaremos el tamiz más adecuado, según la materia prima de que se trate, mientras que en premezcla todas las materias primas están obligadas a pasar por el mismo tipo de tamiz.
Las granulometrías diferentes favorecen la desmezcla del producto. Esto lo hemos de tener presente siempre, particularmente cuando la presentación del pienso sea en harinas.
El tamaño de las partículas dependerá del tipo de molino (martillos, rodillos), del diámetro de orificio de la parrilla o de las revoluciones del motor así como de otros factores:
estado de las placas de choque, superficie perforada y disposición de los orificios de la parrilla, número y estado de los martillos, cantidad de aire de la aspiración, etc.
Cuando el pienso se presenta en forma de harina, la granulometría ha de permitirnos una buena fluidez del mismo en la granja. Para ello es suficiente con que el nivel de "finos" (partículas que pasan por un tamiz de 0,5 mm) no sea superior al 20% o también es práctico para controlar la fluidez disponer de una serie de embudos con diferente diámetro de salida en el laboratorio.
Si por el contrario, el pienso se presenta en forma de gránulos, las harinas cuando entran en la granuladora deben respetar la siguiente granulometría:+
Superior a 1,0 mm hasta 10%
Superior a 0,5 mm hasta 45%
Superior a 0,3 mm hasta 25%
Inferior a 0,3 mm mínimo 20%
El clásico molino de martillos horizontal con todas las innovaciones que ha sufrido (alimentación, ventilación, etc.) es el que más puede verse en las fábricas, por razones de granulometría y funcionalidad (Ruetsche, 1989).
En los últimos años aparece en el mercado el "molino vertical" que parece tener ciertas ventajas en cuanto a rendimiento sobre el horizontal. Su uso es más frecuente en fábricas de premolienda.